Las ballenas, un símbolo universal,
enfrentan nuevos y viejos peligros.
Los mamíferos marinos han perfeccionado
su forma de vida durante 15 veces más tiempo en su
medio ambiente, que lo que hemos hecho nosotros en el nuestro.
Han sobrevivido los cambios más dramáticos en
la distribución de la corteza terrestre, adaptándose
a todos los ambientes acuáticos existentes incluso
los ríos de agua dulce. Sin embargo, pese a su éxito
evolutivo, su supervivencia depende de la salud del ambiente
en que habitan. Las actividades humanas, están introduciendo
cambios dramáticos al ambiente marino.
Todos los mamíferos marinos están siendo perjudicados
por las actividades humanas.
El supuesto popular es que las ballenas gozan de una protección
desde los años ochenta, en un ejemplo de cómo
la comunidad internacional puede desarrollar acuerdos que
nos benefician a todos, incluyendo las generaciones futuras.
Sin embargo, contrariamente a lo que muchas personas creen,
las ballenas nunca han dejado de ser cazadas. A pesar del
progreso que la mayoría de las naciones han realizado
hacia un mayor respeto hacia nuestro medio ambiente, Japón
y otras naciones aún las cazan y pretenden abolir la
moratoria a la caza comercial.
En un ambiente cada vez más hostil,
con menos alimento, con una creciente contaminación,
limitación de espacio y tránsito naviero, los
cetáceos enfrentan un futuro muy incierto. Parece irracional
iniciar además, una explotación económica
mediante la caza comercial de animales que biológicamente
no lo resistirían. Más aún por parte
de naciones que han demostrado falsificar los datos de captura,
carecer de transparencia, dañar el prestigio de la
actividad científica, sistemáticamente violar
tratados y acuerdos internacionales democráticamente
establecidos, corromper gobiernos de países pobres
y evitar todo tipo de control.
Todos somos en alguna medida, responsables
del futuro de los mamíferos marinos porque en el presente
estamos ejerciendo una presión en su contra, conciente
o involuntariamente. Informarse es el primer paso para cumplir
con nuestra responsabilidad ambiental.
La caza de ballenas no es necesaria, es y ha sido siempre corrupta
(capitanes informan números falsos, se marcan productos con nombres de
especies diferentes a las que contienen, etc), y no es posible de
regular. Existe una alternativa económica y moralmente viable, que es
la del turismo de observación de cetáceos. Ver sección de Turismo
Los intereses de Japón y Noruega, se han visto frustrados
a pesar de sus métodos, únicamente porque la
mayor parte de la humanidad quiere vivir en un mundo mejor,
con menos corrupción y más respeto entre las
personas y el medio ambiente.
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