¿Se terminó
la caza o el problema aún continúa?
La causa de la casi extinsión de numerosas especies
de ballenas en el pasado es la caza comercial de la que fueron
objeto. Sin embargo, actualmnetente existe la errada impresión
en la población general, de que la caza de ballenas
fue detenida en los años ochenta de forma definitiva.
Lamentablemente, la evolución de la sociedad humana
no es tan rápida y siempre hay quienes se resisten
a revisar sus ideologías pese a la existencia de nuevo
conocimiento.
La moratoria a la caza comercial de grandes
ballenas, impuesta desde 1986, afecta sólo a las grandes
ballenas. Sin embargo, aproximadamente 500 ballenas son son
cazadas anualmente por Japón, bajo pretexto científico
pese a que dichos estudios han sido rechazados por el Comité
Científico de la CBI. Los cetáceos menores carecen
de una protección en la CBI. Sin embargo, para su exportación
se requiere cumplir con otros convenios internacionales como
CITES, el cual regula su transporte entre países pero
no impide la caza y comercio a nivel local. Así, sólo
Japón caza comercialmente unos 20 mil cetáceos
menores al año. Ha ignorado la resolución de
la CBI de 2001, en la que la comunidad científica internacional
recomendó detener la caza de marsopas de Dall. Más
de 300 mil ha cazado desde 1986 y dado también su rechazo
a entregar información, se desconoce cuan dañada
está esta especie por las actividades de este país.
En nuestra región, la caza de cetáceos también
es una realidad, pese a las regulaciones locales. En el Perú,
los delfines son cazados y vendidos como "chancho marino"
y en Chile hemos documentado varios casos de caza directa
de delfines para consumo y como carnada de pesca.
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