El procedimiento para identificar una especie,
posee varias etapas y se detiene una vez que se confirma la
determinación. Las herramientas
que se utilizan dependen de los criterios
de identificación. Sin embargo, no se utilizan
todas las herramientas posibles por razones de eficiencia
y costos. Así, una vez confirmada la identificación,
se hace innecesario realizar otras pruebas o análisis.
A modo de ejemplo, cuando Ud compra productos animales en
el supermercado, no requiere un análisis molecular
para identificar si la carne proviene de un vacuno o un pez.
La forma, color y textura son suficientes para diferenciarles
a simple vista.
Una identificación es "confirmada", cuando
un biólogo zoólogo con capacitación en
taxonomía y experiencia práctica en el grupo
zoológico al cual pertenece el ejemplar en estudio,
realiza el procedimiento de identificación verificando
la presencia de ciertas características especiales
que se denominan "caracteres diagnósticos".
Los caracteres diagnósticos son aquellas particularidades
que se presentan únicamente en una especie, y por tanto
permite no sólo identificarla sino también excluir
a las restantes. Estos caracteres no sólo deben ser
únicos sino también mantenerse en el tiempo
durante la descomposición, estar compuestos por varios
tipos de tejidos de manera de evitar variaciones que corresponden
a las individualidad que siempre existen, deben ser evidentes,
requerir la menor infraestructura posible (no siempre de pueden
llevar los restos a un laboratorio biológico), y deben
ser compartidos tanto por ambos sexos como por los diferentes
estados de desarrollo del animal.
En ocasiones, el procedimeinto de identificación
no culmina satisfactoriamente con una especie confirmada.
En tal caso, la identificaión corresponderá
al nivel más bajo del Sistema
de Clasificación Natural, al cual se haya podido
identificar con certeza, la pertenencia del animal en estudio.
Si los restos de un animal varado, no presentan
una descomposición muy avanzada, se privilegia el criterio
que se emplea para animales vivos (ver Criterios
de Identificación). Así, el primer exámen
que realiza el investigador, consiste en observar los restos
cuidadosamente para en base a su forma, color, tamaño
y particularidades externas identificar la especie a la que
corresponde. Si no logra una identificación confirmada,
de todas maneras se procede a realizar un levantamiento fotográfico.
No sirve cualquier foto, o fotos estéticas sino sólo
aquellas que son tomadas por taxónomos. No sólo
porque éste conoce cuales son los ángulos y
distancias a las cuales se debe fotografiar al ejemplar, sino
también porque es él quien conoce cuales son
los "caracteres diagnósticos" de las diferentes
especies a las que los restos podrían corresponder.
Luego se obtienen algunas medidas directas e indirectas al
cuerpo del animal en estudio. Nuevamente, es el taxónomo
quién sabe cuales son las medidas útiles y cuales
no, en base a las características de las especies a
las que podría corresponder al animal. Finalmente,
se procede en casos ideales, a realizar un procedimiento para
observar internamente el animal (obviamente muerto), denominado
"necropsia". Este procedimiento es sumamente técnico
por lo que sólo debe autorizarse a personal especializado
para efectuarla. Existe el riesgo de ser infectado por microorganismos
que estan presentes en el animal y que posiblemente fueron
estos los causantes de su muerte. Por esta razón, NUNCA
se debe aceptar que personas curiosas se acerquen a animales
varados y menos aún que los manipulen. Es de sentido
común, que esto no se realiza ante la prensa a no ser
que exista un borde perimetral de exclusión.
La necropsia, busca no sólo identificar la especie,
sino también anomalidades de interés científico
(enfermedades, traumas, parásitos, causa de muerte,
estado de desarrollo, etc). No siempre se logra obtener toda
esta información en el lugar del varamiento, por lo
que en ocasiones se requiere la toma de muestras para ser
analisadas en laboratorios biológicos especializados.
En el laboratorio, los criterios también se inician
con la morfología. Por ejemplo, el tamaño, presencia
o ausencia de algunas estructuras en los tejidos, únicamente
visibles en el microscopio. La composición, número
y características generales de dientes y barbas, órganos
internos generales y particulares (como órgano del
espermaceti que se presenta sólo en los cachalotes),
contenido estomacal y tipo de parásitos son estudiados
con atención.
La herramienta de identificaión más poderosa
y común para identificar mamíferos marinos extremadamente
descompuestos, es el análisis de las proporsiones de
los huesos que forman su cráneo. Para aquello, los
especialistas obtienen las medidas craneales que competen
a la familia del cetáceo (determinada por un exámen
preliminar), y luego se determina la especie en base al uso
de clave de identificación
craneal. El experto debe estar profundamente familiarizado
con la anatomía ósea de un cetáceo y
sus diferencias dependientes del estado de desarrollo (edad)
y/o sexo. Esta es la principal razón que justifica
que el cráneo sea la porción de mayor interés
científico entre los restos de un animal varado.
Cuando se carece del cráneo, o los criterios
anteriores no son concluyentes o posibles, se toma una muestra
de tejido para analizarlo molecularmente (genética).
Este exámen, es de enorme utilidad pero es de elevado
costo y su certeza depende de muchos factores no siempre controlables.
Entre ellos, la pericia del biólogo molecular, la presencia
de bancos confiables de genes que permitan su comparación,
la muestra debe haber sido correctamente tomada, fijada, extraída
y amplificada. Mucho depende de la naturaleza del tejido:
si es piel, sangre, hígado, pulpa dental u otro; que
el fijador (sustancia empleada para detener o retardar el
proceso de descomposición) haya sido el adecuado para
dicho tejido; el tipo de transporte (ej. cambios de temperatura
pueden alterar la eficacia del fijador); y contaminación
de la muestra. La contaminación de la muestra, es uno
de los mayores problemas dado que los otros factores son generalmente
controlados cuando son realizados por personal competente.
La contaminación, está constituida por información
genetica que fue introducida accidentalmente y que no corresponde
la animal en estudio, sino a alguien más como bacterias
y hongos que producen la descomposición. Así,
mientras más descompuesto está el tejido, más
contaminado estará y tanto la confinaza de este análisis
como su utilidad disminuyen.
Los cetáceos son frecuentemente encontrados muertos
y muy descompuestos, por lo que el criterio molecular no es
el más utilizado.
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